Junta Nacional de Justicia empieza a manejar delicado proceso con serias dudas sobre su transparencia
Mientras todos nos distraíamos con el debate en el Congreso sobre la eliminación del voto preferencial para las elecciones 2020 y la posibilidad de que el próximo proceso electoral nacional se extienda dos días para evitar las aglomeraciones, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) realizaba en silencio el proceso para nombrar a los jefes de dos importantes órganos del Sistema Electoral Nacional: la ONPE y el RENIEC.
Según las convocatorias 001-2020-SN/JNJ y 002-2020-SN/JNJ, los primeros resultados han dado mucho que hablar por el nivel de secretismo en que se ha manejado las primeras etapas del proceso de evaluación, sin que exista un mínimo de transparencia ni en el comité de expertos convocados para tal fin, ni el procedimiento utilizado para seleccionar a los candidatos a ambos puestos.
En el caso de la ONPE, luego de la revisión de la documentación presentada y de una prueba de conocimientos, que en algunos casos eran equipos de dos personas y en otros de tres, se entregó la lista de cuatro postulantes que pasan a la siguiente etapa de evaluación curricular:
- Piero Alessandro Corvetto Salinas, politólogo, comunicador social y actual jefe del gabinete de asesores del Reniec desde el 28 de junio de 2019.
- José Alfredo Pérez Duharte, abogado y doctor, director de la Escuela Registral del Reniec desde el 16 de marzo de 2019.
- Rubén Gómez Sánchez, ingeniero mecánico y docente.
- Roque Augusto Bravo Basaldua, abogado y máster en Derecho, exjuez, exasesor del Poder Judicial, exfuncionario del JNE y exasesor del disuelto Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
Las primeras dudas han saltado contra Piero Corvetto Salinas, de quien se conoce es hombre allegado al exjefe de la ONPE, Fernando Tuesta Soldevilla, nombrado el año 2000 por el entonces Consejo Nacional de la Magistratura y que fue removido del cargo por el CNM en el 2005 porque se determinó que existía conflicto de intereses y falta de ética, ya que durante toda su gestión compartió labores con su pareja y madre de su hijo menor a quien designó en cargos gerenciales.
Asimismo, de Corvetto Salinas se conoce su cercanía al partido Fuerza Popular (allegados a él señalan que siempre ha expresado sus simpatías por el partido naranja), por otro lado, públicamente ha declarado su amistad de siempre con Pierre Figari, asesor cercano de Keiko Fujimori, quien estuvo purgando hasta hace poco prisión preventiva.
Mientras que Bravo Basaldua fue secretario general del JNE y estuvo vinculado a denuncias de tráfico de influencias del exlegislador aprista Aurelio Pastor y más recientemente fue asesor cuestionado de la Comisión Lava Jato, que presidió la excongresista Rosa Bartra en aquel entonces de Fuerza Popular.
Donde también saltó la liebre ha sido en el proceso de nombramiento al RENIEC. En este caso, son quince los postulantes que tras la prueba de conocimientos pasan a las siguientes etapas de evaluación curricular, plan de trabajo y entrevista personal.
Tres son los nombres que destacan en este grupo:
-Carmen Milagros Velarde Koechlin, abogada y magíster en Derecho, funcionaria del organismo regulador de las telecomunicaciones, OSIPTEL, dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros, considerada la candidata del Gobierno.
-Mariano Cucho Espinoza, economista, magíster en Gestión y doctor en Administración, exfallido jefe de la ONPE, destituido por el CNM que conducía Guido Águila por su absoluta falta de cumplimiento en las metas contempladas en su plan de trabajo.
-Carlos Loyola Escajadillo, ingeniero, magíster en Administración y doctor en Gobierno, experto en Gestión Pública, quien el 2013 quedó en primer lugar en el examen de conocimientos para jefe de la ONPE y que a última hora fue superado en forma extraña por Mariano Cucho. Asimismo, fue despojado en la recta final de la Jefatura de la ONPE en el 2017 por el destituido jefe de la ONPE, Adolfo Castillo Meza, quien no reunía los requisitos solicitados para el cargo y carecía experiencia en gestión.
Lo que nadie entiende es cómo la señora Velarde Koechlin ha podido continuar en carrera cuando en una tesis de Ciencias Políticas, que ella asesoró y cuya copia se encuentra en la SUNEDU, ostenta el título de doctora (ello es un delito de falsedad genérica y una falta ética grave), cuando en realidad su grado es de magíster. Solo este hecho debió motivar que la JNJ la declare como no apta para el cargo.
Pero, lo más grave es que la magíster Velarde Koechlin ha sido funcionaria de confianza del actual miembro de la Junta Nacional de Justicia, Guillermo Thornberry, con quien trabajó en cargos de confianza en el RENIEC y en OSIPTEL, donde el ahora miembro del JNJ ha sido autoridad (ha sido subjefe en el RENIEC y presidente de OSIPTEL). ¿No es esto acaso conflicto de intereses?
Sobre Mariano Cucho Espinoza, el caso es mucho más grave. El destituido exjefe de la ONPE simplemente debió ser calificado como NO APTO para presentarse a concurso. Esto, en razón del Art. 177 de la Constitución del Estado, que señala que “El sistema electoral está conformado por el JNE, la ONPE y el RENIEC”. Es decir, por tres órganos que conforman un todo mayor, el sistema electoral.
Cucho Espinoza fue destituido de la ONPE, por lo que tiene impedimento legal vigente para volver a postular a dicho órgano. El mismo impedimento que señala la ley para ser jefe de la RENIEC. La pregunta es: ¿No es acaso cierto que, si en los tres órganos rige el mismo impedimento legal, no se podría postular en cualquiera de los tres organismos que conforman un mismo sistema electoral?
Los congresistas debieran estar atentos a lo que viene pasando en el proceso de selección del RENIEC y la ONPE. Observar con detenimiento el comportamiento de los miembros de la Junta Nacional de Justicia y la manera en que vienen tercerizando el proceso de selección. ¿Quiénes son los evaluadores? ¿Qué criterios de selección objetivos se han planteado? ¿Es posible conocer el proceso de evaluación o se seguirán manejando bajo el secreto de la tecnología y la evaluación remota?